El ajo: verdura prohibida en monasterios

 

Durante la Edad Media, el ajo fue excluido de la dieta en ciertos monasterios por considerarse un alimento que despertaba pasiones y perturbaba la vida contemplativa. Esta imagen simboliza esa curiosa intersección entre lo espiritual y lo culinario: un ingrediente popular que fue visto como incompatible con la pureza monástica.

🧄🛑 ¿Qué verdura fue prohibida en algunos monasterios?

La respuesta es: el ajo


Aunque hoy lo consideramos un ingrediente esencial en la cocina mediterránea y un superalimento natural, durante la Edad Media, el ajo fue prohibido en algunos monasterios, especialmente en órdenes monásticas que promovían una vida de recogimiento, castidad y contemplación, como los cartujos o los benedictinos más estrictos.


¿Por qué se prohibió?


Porque se creía que el ajo tenía efectos estimulantes y excitantes. Su olor fuerte y su sabor penetrante eran considerados perturbadores para la vida espiritual. 


Se pensaba que el ajo despertaba los instintos, intensificaba los deseos físicos y distraía a los monjes de su práctica espiritual y ascética.


Además, el ajo era asociado a la medicina popular y a rituales campesinos relacionados con la energía vital y la fertilidad, lo que lo alejaba aún más de la imagen de pureza y control del cuerpo que se buscaba en los monasterios.


Incluso algunos médicos medievales recomendaban evitar el ajo en épocas de abstinencia religiosa o durante retiros espirituales prolongados.


¿Y fuera de los monasterios?


En el mundo laico, el ajo se seguía usando ampliamente por sus propiedades medicinales: antibiótico natural, antiparasitario, tónico digestivo, afrodisíaco y más.


Su mala fama en contextos religiosos contrastaba con su prestigio popular entre campesinos, curanderos y cocineros.


Curiosidad extra:


  • El filósofo Pitágoras lo llamaba “la rosa fétida” y lo recomendaba como remedio para el corazón… ¡pero no para la vida monástica!

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